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El Apalancamiento financiero en la entidad deportiva y la capacidad para afrontar nuevos proyectos e inversiones define su futuro en el mercado y su margen de crecimiento. Sin embargo, los recursos financieros propios para afrontar estas operaciones no siempre son suficientes y deben acudir a la financiación externa, de manera que los riesgos aumentan, aunque también la posibilidad de llevar a cabo proyectos de mayor envergadura.
Cuando la entidad está sobreexpuesta y hay demasiadas operaciones financiadas el apalancamiento puede generar problemas al mínimo desajuste.
La relación entre el capital propio y el crédito externo para realizar estas operaciones, donde la entidad necesita una inversión que no puede hacer frente únicamente desde su tesorería, es lo que se conoce como apalancamiento financiero. Una herramienta financiera que posibilita a la empresa un margen de maniobra mayor que el que le correspondería por capacidad propia, pero que también le expone a unos mayores riesgos.
En este caso vamos a estudiar qué es exactamente el apalancamiento financiero y cuál es la incidencia que tiene en el día a día de la entidad deportiva. Además, también veremos cómo se realiza un correcto apalancamiento de forma que se disminuya el peligro de exposición, para acabar finalmente conociendo qué peligros se derivan de esta práctica financiera y cómo puede afectar el apalancamiento al futuro de la entidad si no se hace un uso racional.
¿Qué es el apalancamiento financiero?
En el ámbito financiero, cuando hablamos del apalancamiento que una entidad deportiva lleva a cabo nos referimos a la capacidad de endeudarse para hacer frente a la financiación de un proyecto. Es decir, cuando se acude a la adquisición de deuda externa en lugar de afrontar la operación con fondos propios es cuando se produce el apalancamiento, herramienta que es de gran utilidad a la hora de producir una gran rentabilidad, pero que, por el contrario, también esconde algunos peligros como la posibilidad de incurrir en la insolvencia si el proyecto fracasa.
El apalancamiento es, por tanto, la relación entre el capital propio y la financiación externa, lo que genera la posibilidad de que entre inversión en la entidad deportiva, además de facilitar a la empresa afrontar inversiones que si dependieran únicamente de su músculo financiero serían imposibles de encarar.
La relación entre el capital externo y los recursos propios conforman la capacidad financiera de la empresa, de manera que del correcto uso del apalancamiento, encontrando el equilibrio entre los créditos y el capital propio aumentará la rentabilidad financiera. Y es que cuando acudimos a la financiación externa a través de créditos, debemos tener en cuenta que operamos con unos gastos generados que encarecen la operación, por lo que los ingresos necesarios que deberemos generar con ese proyecto tendrán que ser obligatoriamente mayores que si la operación se hubiera financiado íntegramente con recursos propios.
Cómo se utiliza el apalancamiento financiero
La utilización del apalancamiento es una herramienta financiera que, a pesar de su aparente simplicidad, debe ser estudiada a fondo en cada situación, ya que los peligros derivados pueden hacer tambalear los cimientos de cualquier entidad deportiva de tamaño medio/pequeño. A pesar de que los beneficios son enormes cuando la jugada es exitosa, es un arma de doble filo que puede tener una repercusión enorme.
Para calcular el apalancamiento hay que dividir el valor total de la transacción por el capital de la inversión. Por ejemplo, un club de tenis afronta una remodelación por valor de 100.000 € aunque solo dispone de 20.000 € porque espera extraer beneficios de su explotación, pese a no contar con la capacidad para hacer frente a la inversión total. Se estaría produciendo un apalancamiento de 5 (100.000 €/20.000 €).
Sin embargo, ¿hay una manera de usar correctamente el apalancamiento? Es evidente que sí, porque no debemos olvidar que el apalancamiento puede ayudar al inversor a multiplicar sus beneficios, pero también hundirlo con mayores pérdidas de las que puede hacer frente. De hecho, los expertos coinciden en señalar una exposición máxima del 5% como aconsejable para una empresa, lo que se traduce en una elección muy estudiada y nada temerosa de las operaciones a las que se hace cargo a través del crédito externo. De otra forma, cuando estamos sobreexpuestos y hay demasiadas operaciones financiadas, el apalancamiento puede generar problemas al mínimo desajuste.
Qué riesgos supone el apalancamiento financiero en el sector deportivo
Ya hemos comentado que el apalancamiento multiplica exponencialmente tanto los beneficios como las pérdidas. Es decir, se trata de un recurso de gran utilidad pero también de un alto riesgo para la entidad deportiva. Resulta obvio que si una entidad deportiva de tipo medio se embarca en un proyecto modesto de ampliación de servicios valorado en 10.000 € que puede pagar sin demasiadas dificultades, pero que a su vez generará menos beneficios que uno que requiera 300.000€, pero con un riesgo mayor, el margen de riesgo aumenta. En algunos casos, incluso por encima de las posibilidades de lo que puede hacerse cargo algunas empresas, por lo que hay que ser cauta a la hora de utilizar el apalancamiento.
El apalancamiento es la relación entre el capital propio y la financiación externa, lo que genera la posibilidad de que entre la inversión en la entidad deportiva.
Y es que hay que tener en cuenta que, más allá de la evidente diferencia del volumen de las dos operaciones (300.000 € Vs. 10.000 €) las pérdidas también se acusarán de manera más grave cuando haya que pagar los intereses, el riesgo del crédito y los gastos derivados de las operaciones de financiación si el proyecto no resulta exitoso.
Sin embargo, este riesgo crediticio supone para la entidad deportiva la posibilidad de crecer y de diversificar una oferta de servicios que de otra forma tendría muy complicado desarrollar únicamente dependiendo de su propia capacidad de generar recursos inmediatos. Por eso el riesgo a veces queda empeñado por la evidente mejora que supone para la empresa y su negocio, y ese es otro de los peligros que debemos tener en cuenta. No menospreciar el daño que puede provocar una financiación incorrecta y un desmesurado uso del apalancamiento.